María Jesús, mi amiga de rebote
A ver, a ver, me vais a permitir que sea así de coloquial y que os explique esto un poquito mejor… María Jesús era amiga de mi hermana desde el instituto y vecina de mi barrio de toda la vida. Yo la veía por casa, en la calle con mi hermana, de fiesta por ahí y dicen que el roce hace el cariño. Así que un poco de rebote, como os contaba, me fui colando entre estas dos amigas y llegamos a ser inseparables.
Creo que es de las personas con las que más me he divertido en mi vida. Hemos visto un millón de pelis ñoñas juntas, nos hemos comido un millón de paquetes de pipas juntas y hemos pasado incontables horas sentadas en un banco y es que ya sabéis lo intensa que se ve la vida desde la mirada adolescente. María Jesús es de esas amistades que se conservan desde ni se sabe pero con las que tienes la certeza de que estarán siempre en tu vida.
Grandes noticias. Momentos felices
Su historia con Carlos la conozco desde el principio. He vivido todas sus noticias, el comienzo de su relación, su independencia, su boda,… Y de pronto un día, cuando celebrábamos uno de nuestras comidas en casa nos sorprendieron con el anuncio de que iban a ser papás!!
Por aquel entonces yo empezaba en esto de la fotografía profesional y a mi hermana se le ocurrió que sería un gran regalo una sesión de fotos conmigo pues sabía que pondría todo mi corazón en ello. Parecerá algo obvio que fuera yo quien hiciese esas fotos. Pero a veces los fotógrafos, o al menos yo, soltamos la cámara y somos amigos, colegas y parientes o simplemente nos olvidamos del poder que tenemos tan cerca para hacer feliz a los que más queremos. Otras veces simplemente no queremos ser muy pesados con esto de fotografiarlo todo y dejamos que cada uno decida cómo y cuándo quiere que le pongamos en el punto de mira de nuestro objetivo.
La sesión para mi fue preciosa sin ninguna duda. Como os contaba es una pareja muy importante en mi vida y aunque hacer estas fotos no fuera lo primero que llegó a mi cabeza tras conocer la noticia; no hay un día que vea estas fotos y no me alegre de haber captado este momento. Estoy muy orgullosa de poder llevarles, siempre que vuelvan a ellas, a ese día de invierno en el aun siendo dos, ya tocaban con los dedos la ilusión de conocer a esa pequeña adorable que ahora es Julia. El tesoro de sus papás que llegó una Navidad.